Una de las mayores expresiones de divinidad que podemos contemplar fácilmente es la sonrisa. Y especialmente, esas sonrisas que conmueven, que surgen del corazón, en conexión con Dios. Esas sonrisas que yo llamo, sonrisa de Santo. Esa sonrisa de Teresa de Calcuta, esa sonrisa de Gandhi, esa sonrisa de niño, porque todos los niños se encuentran en conexión directa con Dios, al menos los bebes.
Os recomiendo la serie "The Young Pope", donde Jude Law interpreta al papa. Un papa agnóstico y con muchos demonios internos. La serie muestra un gran contraste entre la espiritualidad y el ego, yendo por caminos algo sombríos. Pero la conclusión a la que llega este papa agnóstico, es que Dios es sonrisa. Y se expresa a través de la sonrisa de todas las personas. No hay mayor expresión de divinidad que una sonrisa autentica, sincera, proveniente del corazón.
Y es que no importa no tener claro en qué creas, en el momento en que sonríes desde el corazón, estás conectado con la verdad, con la realidad, con Dios. Desde luego, prefiero a una persona prudente, agnóstica, que un ateo, o un creyente fanático. Es importante seguir la intuición, la fe, la cual no tiene comprensión lógica ni pertenece a ninguna creencia o ideología. Por lo que es muy conveniente cuestionarse cada cosa, cada ideología. Ya que la verdad no entiende de ideologías, la verdad está en todo.
En la obra de Unamuno, "San Manuel Bueno, mártir", pasa algo parecido. Si no lo habéis leído, os lo recomiendo. En un pequeño pueblo se encuentra un párroco al que todo el mundo adora, es bondadoso como nadie, trabaja duro para ayudar a los vecinos, e inspira y transmite una fe increíble a cada persona. Sin embargo, él tiene dudas, no está completamente seguro de la existencia de Dios ni de nada. Hasta ese punto llega su humildad, hasta aceptar que no tiene seguridad alguna en nada, y todo lo que puede hacer es seguir su intuición con todas sus fuerzas. Y su intuición le dice que ha de hacer la vida de cuantos le rodean un poco mejor. A pesar de sus dudas, saca la mejor sonrisa a todo el mundo, y lo hace de corazón. Y al igual que este párroco, yo también tengo dudas, pero mi intuición me dice que una sonrisa sincera, es Dios, en toda su extensión, es esa divinidad, ese sistema cósmico, o como quieras llamarlo, que se transmite a través de nuestras sonrisas, y contagia.
Sonreíd, amigos, sonreíd aunque no tengáis ganas, aunque no tengáis motivos, sonreíd, y conectaréis con la fuente divina. Haciendo mejor vuestras vidas y las de cuantos os rodean.
¡Sonríe!
