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  • Foto del escritorArmando Molina II

El problema de dar algo por sentado


Me gusta observar los malentendidos entre la gente. El otro día estaba en la farmacia, en la entrada tienen un estante con paquetes de mascarillas de papel, y un cartelito indicando el precio. Yo estaba en la cola esperando y entraron una pareja. Se quedaron observando las mascarillas de papel, y la chica decía que ella quería de tela, el chico la intentaba convencer de que daba igual, que de papel estaban bien, que ya comprarían de tela. Pero la chica, muy cabezona, quería de tela. Y como ahí solo veían mascarillas de papel, se marcharon algo decepcionados. Me hizo gracia la situación y cuando la farmacéutica me atendió, le pedí paracetamol, que es lo que venía a comprar, y le pregunté si tenía mascarillas de tela, me dijo que sí y me mostró diferentes modelos, a diferentes precios. Yo no necesitaba, pero tenía curiosidad, así que le di las gracias por mostrármelas y me marché con mi paracetamol. Me fui pensando en la pareja que dio por sentado que solo había mascarillas de papel, que eran las únicas que había a la vista, y aceptando que era así, se fueron con la manos vacías.


Situaciones de este tipo las veo a diario, y no dejan de ser anécdotas graciosas, miedo social a preguntar, dar por hecho que lo que se ve es la realidad definitiva. Pero lo que más me interesa es el malentendido entre la gente, entre personas que se conocen, o creen conocerse. Por supuesto, si no conoces a alguien, no puedes dar nada por hecho, porque si algo he aprendido en esta vida, es a darme cuenta de cada individuo, cada persona, es muchísimo más interesante y compleja de lo que aparenta a primera vista. Aún así, nos empeñamos en juzgar por las primeras impresiones.


Pero lo más interesante son los malentendidos, cuando crees conocer a la otra persona, a alguien cercano, un familiar, un amigo o tu pareja. Hay situaciones realmente graciosas, como suponer que el otro no quiere hacer algo que tu quieres hacer, y sacrificarte en hacer otra cosa por esa persona. Pero en realidad esa persona no quiere hacer esa cosa y se sacrifica dando por hecho que eres tú el que quiere realizar esa actividad. Y la realidad es que ambos queríais hacer lo mismo, pero hacéis algo que no os gusta a ninguno. Esas situaciones son muy divertidas.


El lado menos divertido de dar algo algo por hecho, es cuando haciéndolo, destruimos. Con destruir, me refiero a deteriorar una relación, a crear negatividad. ¿Cuántas discusiones ha habido por imaginar lo que no es? ¿Cuántas guerras han comenzado por suponer que el supuesto enemigo atacaría primero?


Suponer lo que piensa una persona, lo que hace, es un gran error. Porque normalmente llegamos a conclusiones en base a nuestros deseos y nuestros miedos. Pero la otra persona tiene sus propias motivaciones, por lo que es muy probable que nos equivoquemos. Yo soy completamente partidario de ir de cara, explicando tus intenciones desde el principio. Cuando una persona te muestra su desacuerdo, quedándose callado, es un gran error. Por un lado, vas a generar mal ambiente, por otro lado, la otra persona va a interpretar que te pasa algo por estar callado, y si no le dices lo que te pasa, se imaginará mil posibilidades diferentes, agrandando el malentendido cada vez más.

Entiendo las señales que podamos transmitir, en diferentes situaciones, son una forma de comunicación humana, pero es una forma demasiado ambigua. Estoy a favor de buscar formas de comunicación diferentes, originales, siempre que sea claro en ambas personas el contexto de la situación. Siempre que ambas personas acepten ese juego para comunicare, por ejemplo, en el coqueteo de una pareja. Pero en el momento en que una persona transmite mal rollo, por lo que sea, lo mejor es utilizar la comunicación más sencilla, clara y directa posible.


Dicho esto, siempre hay que velar por generar paz, en toda situación, si dar por hecho alguna cosa, aún a sabiendas de que quizá sea equivocada, genera paz, pues adelante. En el momento que dar por hecho genera cierta inestabilidad, cierta tensión, es mejor hablar con claridad.


Y como sucedía a la pareja de la farmacia, si vives tu vida dando por sentado, te pierdes muchas cosas en la vida.


No supongas, compruébalo tu mismo.

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