Antes de entrar en materia he de aclarar que, en mi experiencia, he comprobado que no solo tenemos un propósito en la vida, sino varios. Y el propósito en nuestra existencia no es algo que buscar, es algo que nos encuentra. Lo difícil es darse cuenta que ese propósito que te persigue es tu destino, y lo difícil es tener la valentía de tomarlo, aceptando que es lo que debes hacer.
Alan Watts, lo plantea de una forma muy sencilla: ¿Qué es lo que harías si el dinero no importara? Si eres capaz de responder con sinceridad a esa pregunta, ahí tienes tu propósito. Si tienes todo el dinero del mundo, ¿qué harías? ¿darías la vuelta al mundo? ¿te quedarías en casa cuidando de tu familia? ¿te pondrías a pintar, a escribir, a pensar? ¿inventarías cosas? ¿crearías empresas? ¿tendrías una granja? ¿te irías de misionero? ¿qué harías? ¿qué deseas realmente?
Has de ser sincero contigo mismo, una vez que lo seas, has de ser coherente. Si tu sueño es dar la vuelta al mundo, pero tienes que cuidar de tus hijos, o si tu sueño es crear empresas pero no tienes dinero, hay ciertos inconvenientes. No importa cual sea tu propósito, no será sencillo. Tendrás que lidiar con mucha resistencia, sobre todo de gente cercana que no te comprenda. Pero has de usar el sentido común. No es necesario dejar de golpe tu vida para seguir tu pasión, pero puedes comenzar a planificar cómo te vas a dedicar a tu pasión. Si quieres inventar y crear empresas, hazlo. Dedica tu tiempo libre a aprender cómo hacerlo, y pasito a paso, encamínate hacia ello. Si quieres dar la vuelta al mundo, pero tu situación no te lo permite, comienza a planificar cómo vas a dar la vuelta al mundo, y encontrarás el momento idóneo para ello. O quizás nunca des la vuelta al mundo, o quizás nunca crees una empresa de éxito. Quizás nunca acabes de escribir un libro o de pintar un cuadro. Pero cada segundo que has dedicado intentándolo, enfocado en tu sueño, han sido segundos de vida auténtica. Cada segundo que no has dedicado a ello ha sido desperdiciar la vida.
No importa alcanzar o no un propósito. Los propósitos no son metas, son estilos de vida. Los propósitos sirven para sentirnos vivos, para conectar con la realidad, por muy fantasiosos que parezcan. Si eres honesto contigo mismo, no desperdicies tu vida anhelando convertirte en la persona que desearías ser. Conviértete en esa persona desde este momento. Dedica el tiempo que puedas a ser la persona que tienes que ser, aunque sean cinco minutos al día. Créeme. Sentirte vivo durante cinco minutos es un chute de energía que dura una semana. Lo tengo calculado. Ve a dormir satisfecho de haber sido tú mismo, levántate motivado, con las ganas de hacer realidad tu pasión.
Para acabar, te dejo un vídeo corto donde Alan Watts habla sobre todo esto.