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Foto del escritorArmando Molina II

Comprueba por ti mismo que la providencia existe


Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?"

(Mateo 6)


No tengo duda alguna de que lo más valioso que he aprendido en mi vida ha sido el confiar en la providencia. He comprobado una y otra vez que todo lo que necesito, o ya lo tengo, o se me presenta en el momento adecuado.


En todos mis viajes he experimentado esta sensación una y otra vez. No tener dinero, no tener un sitio donde dormir, no tener transporte, no tener comida. Y en cada ocasión he visto cómo cada necesidad se ha ido resolviendo de forma sencilla, una detrás de otra, casi sin buscarlo. En el momento adecuado he encontrado a quien me lleve, a quien me acoja, a quien me de de comer e incluso a quien me de dinero.


Es cierto que viajando somos más propensos a apreciar los milagros, a apreciar la providencia, a aceptar que el salir de la zona de confort nos activa un extra de confianza. Y probablemente sea así, pero también he visto una y otra vez como mis problemas cotidianos, estando en casa, se han solucionado uno tras otro. Y probablemente alguno no tuviese solución, pero incluso en esas circunstancias, la solución radica en aceptar que no hay solución. Y eso también es parte de la providencia.


Ante cualquier situación, ante cualquier preocupación hay que aceptar el hecho. Eso es lo primero. Si no tienes dinero para llegar a fin de mes, acéptalo. No pasa nada. Si no tienes comida ni puedes comprarla, acéptalo. No pasa nada. Si tú o un ser querido está enfermo, acéptalo, no pasa nada. Una vez que has aceptado una situación desfavorable, comienza a buscar soluciones. Y acepta que en el peor de los casos, donde no se pueda solucionar, no pasa nada. Si te despiden del trabajo, no pasa nada. Incluso, si te embargan la casa y te ves con tu familia en la calle, no pasa nada. Si tú o un ser querido enferma de gravedad o se muere, es triste, pero la vida continúa, no pasa nada. La peor situación posible que puedas imaginar no va a detener la vida del universo. Acepta que tus problemas no son importantes, no cambian nada. Una vez que tienes la humildad de ver que los problemas no significan nada más allá de tu ego, es el momento de confiar. Si te ves de pronto en la calle con tu familia, vas a ver como vas a encontrar a gente que te ayude, vas a encontrar otro sitio para vivir. Vas a encontrar comida, vas a encontrar trabajo. Si tú o algún familiar está enfermo, puede que se recuperé o puede que no. En cualquier caso hay que aceptar que todos estamos aquí con un pase especial y limitado. Para todos se va a acabar la fiesta algún día. Al menos tal y como la entendemos.


Sé que en mi último párrafo estoy siendo bastante drástico, pero es necesario para que comprendas que los problemas no existen, solo existen circunstancias, y las circunstancias se cambian. Y cuando te mentalices y busques circunstancias favorables, vas a ver que las circunstancias favorables se van a presentar constantemente. No busques riqueza, y empezarás a ver que lo que tienes es más que suficiente, no busques vivir para siempre y verás que tendrás buena salud mientras vivas. Si aprecias las pequeñas cosas, no dudes que vivirás en abundancia. Si anhelas grandes cosas no dudes que nunca será suficiente.


Y no dudes de que la providencia, igual que a las aves, nos provee constantemente de pequeñas cosas, nos provee constantemente de lo que necesitamos. Y créeme, no necesitamos mucho.


Mira siempre el lado brillante de la vida 😊




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