Te ha pasado alguna vez eso de despertarte y no querer salir de la cama. Mientras te preguntas qué narices estás haciendo con tu vida. ¿Por qué no estás trabajando en aquello con lo que soñabas unos años atrás? ¿Por qué no tienes pareja o si la tienes no es como imaginabas? ¿Por qué no estás viviendo la vida que creías que vivirías?
Bien, yo tengo crisis así a menudo, pero antes de continuar quisiera contaros una pequeña historia personal:
"Hasta hace relativamente poco, no tenía un teléfono inteligente, ni ningún dispositivo GPS, entonces cada vez que iba a algún lado me aprendía la ruta de memoria antes de ir, o paraba a la gente para preguntar. Sí que he usado dispositivos GPS's yendo con otras personas, pero siempre he sido reacio. Por naturaleza me gustan las aventuras, y si todo es sencillo, si llegas al destino por el camino más corto, sin perderte, pues no hay mucha aventura. Así que he sido muy reacio a utilizar el GPS durante muchos años. En una ocasión, hace un par de años, me dejaron un coche con GPS incorporado. Debía ir a una dirección específica a recoger a alguien. No tenía tiempo de aprenderme el camino así que decidí usar el GPS. Una voz de mujer me dirigía con un tono dulce y amable. "Siga recto tantos kilómetros, en la rotonda salga por la tercera salida", ya sabéis cómo funciona. Pues esta mujer, con voz dulce y amable, me fastidiaba. La tenía cierto recelo desde siempre, como os he dicho, me gusta tener el control y vivir aventuras. Así que, en un momento dado, decidí ignorarla. Me decía: gira a la derecha, pues giraba a la izquierda. Me indicaba: toma la segunda salida, pues tomaba la primera. Y así, chulo yo, como buen madrileño. ¿Se iba a creer esta voz más inteligente que yo? No lo podía permitir. Pasaron los minutos y no conseguía llegar a mi destino, es más, estaba completamente perdido, y eso me frustraba. De pronto, tomé consciencia de que la simpática mujer me continuaba hablando, manteniendo la misma dulzura y amabilidad. Había decidido ignorarla pero ella seguía dispuesta a ayudarme. Entendí, que ella, a diferencia de mí, no tenía ningún orgullo, ni se consideraba mejor. Simplemente me apoyaba, me indicaba el camino más conveniente, y aunque no la hiciese caso, ella continuaba insistiendo, confiando en que en algún momento desistiera de mi orgullo y la escuchase. De pronto, cedí ante la evidencia, ante su amabilidad, y me llevó hasta mi destino".
En la vida, en el universo, existe esa voz dulce y amable, que nos guía constantemente. Llámalo intuición, llámalo Dios, llámalo como te apetezca. He comprobado en innumerables ocasiones que hay una fuerza superior a nosotros, que no espera nada de nosotros, ni tiene ningún objetivo concreto, más que estar ahí, apoyándonos, para llegar a donde tengamos que llegar, para llegar a ser quien verdaderamente debemos ser. Evidentemente, no es una voz, pero sí es un sentimiento dulce y amable, qué nos lleva de la mano cuando estamos perdidos, para ir por el mejor camino.
¿Qué es una crisis existencial?
Una crisis existencial es esa vocecita dulce y amable del GPS, que nos está hablando porque vamos en dirección contraria a nuestro destino, y, con toda la bondad del mundo, nos quiere ayudar. Puedes ignorarla todo lo que quieras, y sufrirás al no llegar a ninguna parte, al no saber dónde ir. Pero esa voz va a continuar con la misma dulzura, dispuesta a ayudarte.
Sé que te gustaría que hiciera un listado con las pautas a seguir para entender esa vocecita, para guiarte paso a paso. Pero es que es muy simple. Confía en esa vocecita, ves a donde te lleve, aunque en tu mente creas que te está llevando a un precipicio, no dudes, que ella siempre te desea lo mejor. Confía. Sé quien debes ser. Llega a donde tienes que llegar.
Os dejo un vídeo muy interesante, del gran Borja Vilaseca, hablando sobre las crisis existenciales.